Por Inversis
El dato está transformando el mundo que conocemos y ya se habla de él como el ‘oro’ del siglo XXI o la nueva revolución industrial. Cada día se genera, se transmite, se almacena y se analiza una ingente cantidad de información. Su tratamiento, su procesamiento y su análisis científico convierten a los datos en algo valioso y gracias a la aplicación del Big Data o la Inteligencia Artificial suponen una oportunidad de crecimiento capaz de generar negocios innovadores y de promover el avance de la sociedad. De aquí nace la Economía del Dato.
Para sacar partido de ello es necesario distinguir los datos relevantes, conectar entre sí toda esa información, aplicar protocolos de seguridad y organizarlo con un lenguaje común y accesible. Todo ello dirigido a que estos datos puedan compartirse, sean útiles y se encuentren en un entorno de confianza y seguridad.
La Unión Europea defiende que la innovación basada en los datos puede beneficiar a todos los ciudadanos, con avances importantes en medicina personalizada o mejora de la movilidad, por ejemplo, pero también con la optimización de los servicios públicos o de los sectores productivos.
La gestión de los datos supondrá el 4% del PIB de España en 2025 y permitirá generar 750.000 empleos, según los cálculos del Gobierno español. La Comisión Europea estima que en 2025 la Economía del Dato alcanzará un valor de 829.000 millones de euros para los Veintisiete miembros de la UE y dará empleo a 11 millones de trabajadores.
Con la mirada puesta en la transformación digital, la Unión Europea ha decidido apoyar e impulsar las oportunidades que ofrece la Economía del Dato como uno de sus objetivos prioritarios, con el apoyo de un mercado único digital donde los datos se compartan libremente entre los estados.
A través de la Estrategia Europea de Datos, la Comisión Europea quiere convertir a Europa en hub global de datos para que estos fluyan entre los estados miembros y donde ecosistemas públicos, académicos e industriales puedan acudir, encuentren soluciones a sus retos y fomenten la innovación y el progreso en torno a la economía digital y al uso de la Inteligencia Artificial.
De hecho, la CE ha impulsado distintas iniciativas en torno al Big Data, con soluciones inteligentes o sistemas de repositorios de datos descentralizados e interoperables en sectores estratégicos europeos a los que aplica normas de gobernanza comunes. Uno de ellos es la iniciativa Gaia-X, que busca desarrollar una federación de servicios de datos en la nube con base en estándares de software libre. Se trata de un ecosistema digital abierto, transparente y seguro, en el que datos y servicios están disponibles, cotejados y compartidos en un entorno seguro y en el que trabajan juntos representantes de la esfera de los negocios, la política y la ciencia. Se busca reducir la dependencia europea en servicios e infraestructuras y ponerse al frente de esta nueva revolución digital que conformará el futuro de la infraestructura digital para Europa.
La arquitectura de la iniciativa se basa en los principios de federación, consenso distribuido, descentralización y regulación por automatización. La iniciativa puede implementarse sobre cualquier plataforma existente en la nube que decida adherirse a ella. Su función no es convertirse en un operador de mercado, sino que los servicios se crearán y se operarán a través de los participantes que decidan adoptar el estándar.
A esta apuesta se ha sumado España. Gaia-X España promoverá proyectos en sectores estratégicos para derribar las barreras que impiden aprovechar el dato, ofreciendo una alternativa segura para que los que producen los datos puedan controlar el acceso y su reutilización. Con sede en Talavera de la Reina (Toledo), la iniciativa agrupa entidades del sector público y del sector privado, se enmarca en la Agenda España Digital y se ha fijado como objetivos el avance hacia una Economía del Dato aprovechando las oportunidades de la Inteligencia Artificial y el Big Data para lograr que, al menos, un 25% de las empresas utilicen estas tecnologías en 2025.
Alineada con estos objetivos también funciona ya en España la Oficina del Dato, encargada de diseñar y proponer estrategias para compartir, gestionar y utilizar los datos en todos los sectores productivos de la economía y la sociedad, así como de garantizar la buena gobernanza y la seguridad.
En el marco europeo, se trabaja ya en la Ley Europea de Datos, que regulará quién puede acceder a qué datos y para qué fines puede utilizarlos. Gracias a esta ley se esperan precios más baratos en servicios postventa y reparación de los objetos conectados, pero también nuevas oportunidades para usar servicios basados en esta información y un mejor acceso a los datos recogidos o producidos por un dispositivo. Se espera que estos avances repercutan en la toma de mejores decisiones, tanto para los consumidores y usuarios como para las organizaciones y compañías.