Por Inversis
Día a día somos testigos de cómo las nuevas tecnologías redefinen la forma en que vivimos, trabajamos, nos entretenemos o compramos desde nuestra casa. Prácticamente todas las industrias se reinventan y el sector financiero no es una excepción. De hecho, es uno de los que más puede aprovechar estos cambios, tanto para sacar mejor partido a sus actividades, como para mejorar la experiencia del cliente.
Los pagos digitales tendrán un papel crucial a medida que la economía se digitaliza para conectar a consumidores con proveedores de servicios. Y también ocurrirá con los servicios bancarios. Hemos pasado de tener que acudir a una sucursal del banco para abrir cuentas, ingresar dinero, ordenar transacciones en las ventanillas a hacer todo eso desde nuestro ordenador o nuestro móvil. Un cambio radical al que los usuarios se van acostumbrando y que va ganando terreno. La comodidad de poder revisar las operaciones, hacer pagos, revisar nuestras inversiones y movimientos bancarios desde casa, a cualquier hora y cualquier día de la semana ha mejorado claramente la experiencia de muchos y supone un fuerte impacto en la vida diaria porque son actividades que realizamos con frecuencia. El servicio al cliente de los bancos ya no depende tanto del tradicional centro de llamadas, ahora se apoya en algoritmos de Machine Learning, con chatbots o bots que aprenden de estas experiencias del usuario.
La digitalización es un desafío constante e imparable para la banca, no sólo para adaptarse a las necesidades de sus usuarios, sino para hacer frente a sus propias limitaciones. Exige ofrecer con seguridad productos y servicios a cualquier hora, cualquier día, en tiempo real y desde cualquier lugar. La migración de servicios y datos a la nube (cloud banking) juega un papel destacado en este proceso, es una de las tendencias tecnológicas a la que se enfrenta el sector bancario. Cada entidad debe planificar exhaustivamente su proceso de digitalización, identificando cuál es el más conveniente tanto para ella como para sus clientes. Se trata de ofrecer el mejor servicio, pero también es conveniente que los gestores de la entidad aprovechen esas nuevas funcionalidades que permite el cloud banking.
Algunas de estas soluciones no solo mejoran la experiencia del cliente, sino que amplían las herramientas digitales que están a disposición de los gestores y comerciales del banco y aumentan la eficiencia de los procesos internos. En muchos casos la nube proporciona una información que se genera mediante inteligencia artificial y que la entidad puede recopilar y analizar.
El cloud banking proporciona nuevas aplicaciones, nuevos servicios que mejoran la competitividad, pero también ayuda a comprender las necesidades de los clientes, con requerimientos y características cambiantes, lo que favorece la competitividad y la comercialización de productos y servicios personalizados. Todo sin olvidar los estándares necesarios de seguridad y ajustándose a la regulación vigente.
El sector concentra en cuatro proveedores el almacenamiento de sus datos en la nube: Amazon (AWS), Microsoft (Azure), IBM y Google. Para todos ellos el sector financiero en la nube es uno de los grandes motores de crecimiento.
Microsoft incluye entre sus clientes al Pentágono, tras hacerse con el megacontrato para almacenar sus datos en la nube tras una dura pugna con Amazon, pero también a Banca March, uno de los primeros bancos españoles en implementar una gestión de ventas totalmente basada en la nube, o al Santander, con quien mantiene un acuerdo de varios años para sus servicios en la nube y la gestión de datos con inteligencia artificial. Amazon da servicio a Mapfre, Telefónica o BBVA, entre otros. IBM ha desarrollado tecnología específica de la nube para servicios financieros de Bank of America y también colabora con Banco Sabadell. Lloyds Banking Group ha cerrado un acuerdo de colaboración con Google Cloud para impulsar su programa de transformación integral hacia la nube, como también ha hecho Liberbank.
Productos innovadores, ahorro de costes, seguridad mejorada, agilidad, mejor valoración de los clientes, nuevas estrategias de tecnología bancaria, son algunos de los beneficios que puede aportar el cloud banking. Cada entidad tendrá que sopesar su propia fórmula y el tiempo adecuado para acometer la incorporación a la nube y avanzar en el proceso de digitalización.