Biometría y seguridad fintech

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BIOMETRÍA, ALIADA DE LA SEGURIDAD EN EL SECTOR FINTECH

Por Inversis

BiometríaEl reconocimiento de las huellas dactilares, la voz o la cara son soluciones de seguridad cada vez más extendidas para multitud de procesos y aplicaciones. Estas técnicas, y algunas más, forman parte de la biometría, un método de reconocimiento de personas basado en sus características fisiológicas o de comportamiento. Como no se pueden falsificar, robar u olvidar son seguros y ayudan a evitar el robo de identidad y a luchar contra la ciberdelincuencia.

Al reconocimiento facial, de voz o de huella dactilar se suman también el de iris, el de la geometría de la mano, el de retina o el vascular (que extrae el patrón biométrico a partir del árbol de venas del dedo o de las muñecas) y algunos más novedosos y todavía menos probados como el de las líneas de la palma de la mano, la forma de las orejas, la textura de la superficie dérmica o la composición química del olor corporal.

Global sustainable investment asset growth (2010-2018)

Esta tecnología basada en inteligencia artificial se usa como forma de autenticación única o combinada con otras medidas como tarjetas inteligentes, claves de cifrado o firmas digitales y se extiende cada vez más en nuestra vida cotidiana.

Su utilización para luchar contra el fraude en transacciones bancarias está bastante extendida, gracias a la comodidad, sencillez, rapidez y a su grado de seguridad. La digitalización bancaria, las nuevas tecnologías aplicadas a servicios financieros y sus requerimientos frente a la ciberdelincuencia hace que estos sistemas biométricos tengan amplia aplicación en los sectores Fintech e Insurtech.

Proportion of global sustainable investment asset by region (2018)

La innovación tecnológica en este campo no se detiene y las compañías que desarrollan estos sistemas de seguridad biométrica continúan probando e incorporando diferentes soluciones que refuerzan la identificación de los clientes para agilizar y simplificar el acceso a los servicios. Pero no sólo para aplicarlos en banca o en seguros. También se benefician de ellos otros sectores como la seguridad privada, el transporte, la seguridad de las infraestructuras, los comercios, los nuevos servicios de movilidad, la administración pública e incluso las fuerzas de seguridad.

Su uso es reciente y no está exento de polémica. Algunos consideran que roza el límite de la protección de datos y puede invadir la privacidad del individuo. Otros alertan de errores en sus resultados, como el detectado en el desbloqueo de algunos teléfonos móviles con sistemas de reconocimiento facial que funcionan incluso cuando el propietario tiene los ojos cerrados (podría usarse mientras el dueño duerme) o con una fotografía.

Pero quizá el caso que ha tenido más repercusión se ha producido tras la muerte del afroamericano George Floyd a manos de un agente de policía de Mineápolis. A raíz de este suceso Amazon decidió prohibir a la Policía su sistema de reconocimiento facial. La compañía justifica la medida hasta que el Congreso estadounidense implemente las reglas adecuadas en el uso de esta tecnología que se basa en inteligencia artificial por parte de las fuerzas de seguridad. Poco antes, IBM había anunciado su retirada del negocio de reconocimiento facial. Detrás de estas decisiones se encuentran las críticas de sesgo racial que esta técnica biométrica ha recibido. Algunos grupos de defensa de los derechos civiles afirman que los sistemas biométricos empleados pueden promover acciones discriminatorias contra minorías étnicas, al probarse que acumula errores de identificación especialmente con personas de raza negra.

Pese a todo, la biometría se considera una opción segura para la identificación reforzada del cliente bancario. De hecho, la Autoridad Bancaria Europea ha recomendado su uso para cumplir con la Segunda Directiva de Servicios de Pago, conocida como PSD2. Esta directiva incluye la Autenticación Reforzada de Clientes con el objetivo de que los pagos online sean más seguros y requieran al menos dos elementos de autenticación reforzada.

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